CÓDIGO-MANIFIESTO DE ETICA MINISTERIAL Y PASTORAL
DE IGLESIA DE LOS HERMANOS VENEZUELA
MANIFIESTO. -
IGLESIA DE LOS HERMANOS VENEZUELA ASIGLEH
Código de Inscripción DGJIRC (DIRECCIÓN GENERAL DE JUSTICIA INSTITUCIONES RELIGIOSAS Y CULTOS) N° 21.312
RIF J-410823100
Quienes suscribimos el presente documento de manera expresa, los Pastores y Ministros de Culto cristiano, venezolanos, como los fieles de Dios, quienes hemos sido llamados por el Señor y la Iglesia, al Ministerio apartado en la Iglesia de los Hermanos Venezuela ASIGLEH. En nuestro llamamiento y en nuestras funciones: el guiar, facilitar a la Iglesia en su misión de servir a Cristo, obedecer y dar testimonio de la Buenas Nuevas del Evangelio. Estamos comprometidos en cumplir con la confianza que la Iglesia ha depositado en nosotros, manteniendo un alto nivel de convicción cristiana, mediante sinceridad de propósito, la nutrición y el compartimiento de nuestros dones, y mediante la integridad de nuestro carácter. Estamos dedicados a mantener la dignidad y el valor de cada persona que busca nuestro cuidado y es alcanzada para el Señor por la predicación o ministración de Su Palabra. Para sostener nuestras normativas, como ministros de Iglesia de los Hermanos, hacemos Pacto-Compromiso de aceptar las disciplinas siguientes:
Seremos fieles, a las Escrituras Cristianas en nuestras predicaciones, enseñanzas, discipulado y formación de los creyentes.
Seremos cabales, a las convicciones cristianas como se revelan y se interpretan en la Biblia, nos enseñan y nos nutren en la Iglesia bajo la dirección y manifestación del Espíritu Santo.
Viviremos vidas de integridad, sosteniendo los compromisos que hacemos con Dios, con otros, con la Iglesia y con nosotros mismos.
Modelaremos estilos de vida, consecuentes con las enseñanzas de Cristo; dando atención a los Estatutos, Consejo de Ancianos, Declaraciones y Acuerdos de la Asamblea Anual, Código de Ética, Practicas y Costumbres y Reglamento Interno de Iglesia de los Hermanos ASIGLEH.
Trataremos a los miembros de nuestra familia, con amor y respeto.
No haremos mal uso de la confianza, que ha sido depositada en nosotros y del poder único inherente a nuestro rol y/o función, explotando o aprovechándonos en cualquier forma de aquellos que buscan nuestra ayuda o cuidado. Nos guardaremos de dañar emocional, espiritual y físicamente a aquellos que vienen a nosotros buscando ayuda o sobre quienes tenemos cualquier clase de influencia o autoridad. No usaremos nuestro rol para difamar a otros, manipular decisiones individuales o congregacionales, para crear o cultivar dependencias.
Evitaremos situaciones o relaciones, que pudieran afectar ética y moralmente nuestro ejercicio ministerial y hasta profesional, comprometiendo nuestra integridad y testimonio, usar la situación y/o relación para nuestro aprovechamiento.
Evitaremos toda forma de explotación sexual, y acoso en nuestro oficio, relaciones profesionales y sociales, aun cuando otros nos inviten a dicha conducta o involucramiento.
No buscaremos favores sexuales o materiales, de voluntarios o empleados de la Iglesia o de la Organización, como una condición para su participación o cargo laboral.
No nos comprometeremos en ninguna forma de abuso, de niños, niñas y adolescentes, sea sexual, física o emocionalmente; mucho menos en trata de personas.
No usaremos nuestro cargo o autoridad, para influir sobre los fieles de la iglesia o sobre otras personas para obtener donaciones, obsequios o préstamos, que pudieran beneficiarnos en lo personal.
Actuaremos con integridad financiera, siendo responsables y cumplidos en todos nuestros negocios, tratos profesionales y personales.
Nos esforzaremos por ser buenos administradores, de nuestros asuntos, bienes, negocios, ingresos e inversiones, de manera que vivamos dentro de nuestros ingresos, no esperando favores financieros, honorarios o gratificaciones en razón de nuestra posición.
Seremos responsables y honestos en la administración, de todos los recursos, bienes y fondos confiados a nuestro rol o cargo, aplicando la buena mayordomía y cuidado resguardo de los bienes de la Obra o del Ministerio que nos ha sido encomendado, cuidando la cosa ajena como buenos padres de familia.
Daremos los créditos necesarios y honra a los derechos de autor, fuentes citadas o parafraseadas en predicaciones, producciones, textos, publicaciones o documentos preparados.
Respetaremos la privacidad y confidencia en los individuos, no divulgaremos las informaciones obtenidas confidencialmente. No compartiremos esas confidencias a otros, solo lo haremos cuando tengamos el consentimiento de esas personas, salvo por razones de índole legal (responsabilidad penal, civil, administrativa y moral), que comprometan nuestro testimonio, el testimonio de la iglesia local y la iglesia nacional.
No toleraremos ni intercambiaremos información escandalosa, maliciosa e inexacta sobre organizaciones, iglesias y otras personas.
Siempre que sea posible, por ética cristiana, mantendremos una relación amistosa, cordial y cooperante con otros ministros de culto cristiano; dentro de la denominación, como dentro de la comunidad municipal, estatal y nacional. No haremos proselitismo con personas de otras denominaciones. No brindaremos servicio ministerial en la congregación donde sirve otro Pastor, sin en conocimiento o consentimiento de ese pastor, salvo en circunstancias de fuerza mayor o emergencias.
No oficiaremos o realizaremos programas, en comunidades sin las debidas autorizaciones, permisologías o invitaciones necesarias, procurando el respeto, sujeción a las leyes, normativas, al orden y buenas costumbres, además de la libertad de cultos que otros tienen garantizado constitucionalmente.
En el caso de los ministros que terminen su pastorado en buenos términos se recomienda que este se congregue en otra iglesia a fin de dar espacio y tiempo a la congregación de adaptarse al liderazgo del nuevo pastor. Después de un periodo de 12 meses y en acuerdo con el nuevo pastor, el pastor anterior podrá asistir a la Iglesia como miembro de la misma a fin de apoyar el ministerio.
En el caso de pastores que hayan salido de su ejercicio pastoral con medidas disciplinarias, se recomienda que, dicho hermano pastor se congregue en una iglesia diferente mientras es restaurado-mentoreado moral y espiritualmente a través del consejo y mentoría del ministro o ministros asignados para tal propósito. Una vez que ese ministro sea restaurado en el amor del Señor, podrá ser invitado a participar luego que su caso sea aprobado por el Consejo de Ancianos o la Junta directiva Nacional en pleno. Algo similar se puede aplicar en el caso de líderes nacionales que hayan incurrido en la violación grave de la ética ministerial señalada en este manual, todo bajo la guianza del Espíritu Santo y la Sabiduría Divina. El restaurado debe demostrar genuino arrepentimiento avalado por acciones que demuestren su cambio (ejemplo de Zaqueo)
Todo lo anterior debe darse bajo la discreción y tutela del Cuerpo Pastoral, Junta Directiva Nacional, Consejo de Ancianos y Directivo de la Iglesia Local.